martes, 5 de julio de 2011

Botox podría ser un tratamiento para el asma


Científicos en Australia afirman que el botox, la toxina botulínica tipo A que se usa para “estirar” las arrugas y las líneas faciales relajando los músculos, podría ser un tratamiento beneficioso para pacientes asmáticos.
Los investigadores del Centro Médico de la Universidad de Monash, en Melbourne, creen que la sustancia puede contrarrestar los espasmos musculares que la enfermedad parece provocar en la laringe.
Y esto eventualmente podrá ayudar a mejorar los síntomas del asma.
Según explica el profesor Phil Bardin, director del Centro para Medicina Respiratoria y del Sueño del Centro Médico Monash, quien dirige el proyecto, estudios llevados a cabo en la universidad muestran que la mitad de los pacientes que sufren asma severa no sólo presentan problemas en los pulmones, sino también en la laringe.
Relajar los músculos
El problema, dice el investigador, es similar a la disfonía, un trastorno de la voz que impide producir sonidos y que suele tratarse exitosamente con botox.
“Esperamos que este tratamiento mejore la calidad de vida de los pacientes, lo cual creemos que se puede lograr con un mejor control del asma severa”, afirma el profesor Bardin. El investigador agrega que la enfermedad podría pasar de ser una afección grave a moderada.
El científico cree que lo que ocurre es que la laringe se cierra en lugar de abrirse, impidiendo el paso del aire y esto -dice- puede confundirse con el asma que ocurre en los pulmones.
El estudio de la universidad, en el que se tomaron escáneres de pacientes con
ataques de asma, reveló que la laringe de los enfermos más graves, a menudo entra en un espasmo.
Esto explicaría por qué los tratamientos tradicionales no son efectivos para algunos pacientes, dice el profesor Bardin.
Por eso, ahora planean investigar si el botox puede ayudar a relajar los músculos en la laringe para que la entrada y salida del aire pueda ser coordinada con la respiración pulmonar.
Calidad de vida
El estudio preliminar incluirá a 30 pacientes a los cuales se inyectará botox en un músculo de la laringe con ayuda de un escáner de tomografía computarizada.
Aunque el tratamiento no es una cura para la enfermedad, los científicos creen que podría mejorar los síntomas.
Tal como explica el profesor Peter Holmes, quien también participa en la investigación, “ésta es la primera vez que se lleva a cabo en el mundo un enfoque tan novedoso para un problema tan difícil”.
Los investigadores creen que una sola dosis de botox podría ser suficiente para evitar los espasmos y permitir que la laringe recupere su función normal.
La toxina botulínica es ampliamente conocida como tratamiento cosmético. Sin embargo, ha demostrado tener múltiples beneficios como tratamiento médico.

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