MIAMI (EEUU).- Ramfis Domínguez Trujillo, nieto del fallecido dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo Molina, considera que su familia no tiene que pedir perdón por las acciones cometidas durante el férreo mandato de su abuelo, considerado por muchos como uno de los regímenes más sangrientos de Latinoamérica.
El militar gobernó con puño de hierro, admitió Domínguez Trujillo en una entrevista con Efe, pero su proceder estaba justificado en el contexto histórico del país caribeño cuando el llamado "generalísimo" asumió el poder. "Considero que no es un deber de nosotros (la familia Trujillo) pedir disculpas por cosas que se hicieron con carácter político, a pesar de que se produjeron hechos lamentables", dijo el nieto en una apasionada defensa del político con motivo del reciente aniversario de los 50 años de su muerte.
Trujillo falleció el 30 de mayo de 1961 en un atentado perpetrado en una carretera de República Dominicana tras recibir varios impactos de balas.
"Hay que reconocer que las circunstancias en que las que se encontraba el país en 1930 justificaba una mano dura para poder llevar el progreso", aseveró.
Desde 1864 hasta 1924 cuando fue elegido presidente Horacio Vásquez, se produjo un proceso de intensa volatilidad política que impedía el desarrollo del país caribeño, precisó.
Trujillo asumió el poder mediante un golpe de Estado a Vásquez, cuando era jefe del Ejército, y emprendió planes para dinamizar la economía, mientras ejercía un control casi total de los dominicanos con su tenebroso servicio de Inteligencia.
Durante la "Era de Trujillo" (1930-1961) murieron o desaparecieron unas 50.000 personas, según cifras del Museo de la Resistencia de República Dominicana, entre las que se cuentan unos 17.000 haitianos asesinados en 1937 por orden suya, además de que se persiguió, encarceló y condenó al destierro a los opositores.
En todos los gobiernos, afirmó el nieto del "Jefe" como le llamaban a Trujillo, se producen violaciones a los derechos humanos y muertes a través de operativos secretos o públicos.
"Sí, se coartó la libertad de expresión en el gobierno de Trujillo. Si bien se produjeron muertes en la época de mi abuelo, ¿por qué lo señalan a él como el único gobierno criminal cuando en los gobiernos antes y después del suyo murieron muchos más?", reconoció a Efe.
Las personas que "padecieron a manos del régimen fueron las que se opusieron al mismo y estaban dispuestas, a sangre y fuego, a derrocar a Trujillo", apostilló.
"Eran terroristas que acudían a todo tipo de método para acabar con el régimen y acabar con la infraestructura que estaba creando mi abuelo", añadió Domínguez Trujillo, hijo de Angelita Trujillo, la hija menor del dictador.
Precisó que muchas de las muertes se llevaron a cabo sin que Trujillo tuviera conocimiento de ello.
Los llamados "Héroes del 30 de mayo", que "ajusticiaron" a Trujillo, "eran grandes colaboradores del régimen y responsables muchos de ellos por las muertes ocasionadas durante el régimen", afirmó.
Domínguez Trujillo dijo que su abuelo no podía usar el "coro de Viena" para poner en marcha el "progreso descomunal" en la nación caribeña y contener las invasiones de exiliados que querían imponer el comunismo con el apoyo de grupos de México, de Fidel Castro y que contaron con el respaldo de hasta "el entonces presidente venezolano Rómulo Betancourt".
"Recibimos un país con una deuda insostenible de unos 30 millones de dólares, mi abuelo la saldó totalmente en 1947; se creó el Banco Central; el Banco de la Reserva, el Banco Agrícola; se construyeron 350 puentes, el sistema vial, el sistema eléctrico y ocho puertos", enumeró el nieto.
La familia Trujillo creó una fundación en 2010 y uno de sus objetivos, según Domínguez Trujillo, es esclarecer "si no todos, muchos de los acontecimientos de esa época".
"En un futuro cercano la historia de la Era de Trujillo será rectificada y todas esas leyendas serán desmentidas. Se absolverá a la figura del generalísimo", manifestó.
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